Llega la primavera, cambio de estación que trae consigo aumento de las temperaturas, del número de horas de luz solar, de flores y plantas, pólenes y alergias y de la temida astenia primaveral.
la astenia primaveral es una sensación de fatiga y debilidad generalizadas que aparece con la llegada del buen tiempo y el cambio de estación, se achacan esas sensaciones a la disminución de la producción de endorfinas, las hormonas de la felicidad, pero qué hay de cierto en todo ello?
Cada cambio de estación, en primavera y otoño vemos las estanterías de supermercados, farmacias y parafarmacias abarrotadas de complejos vitamínicos, ginsen, propóleo, jalea real y productos varios ideales para combatir los “síntomas” de la astenia primaveral, pero que opina la ciencia médica sobre la astenia primaveral?
Lo cierto es que no hay estudios que puedan achacar la llegada de la primavera a la producción de enfermedad o trastornos médicos la astenia primaveral, como mucho, debe ser considerada un trastorno transitorio ante el que tampoco sería necesario tratamiento.
Lejos de asociarse con la primavera en sí esta fatiga puede ser consecuencia de varios factores, entre los que destaca la falta de adaptación a las nuevas condiciones de luminosidad, temperatura y presiones atmosféricas unidos a las proliferación de procesos alérgicos.
Los cambios horarios, el aumento de las temperaturas, así como los procesos alérgicos propios de estas épocas pueden afectar a nuestros ritmos biológicos; hábitos de vida saludables, horarios regulares de sueño y una dieta sana y equilibrada son los aliados perfectos para adaptarse a los cambios estacionales y a efectos de la sensación de astenia.