Sabes qué efectos produce la luz en nuestro organismo y cómo nos afecta una correcta o incorrecta exposición a la luz solar o a las luces emitida por lámparas, luminarias, ordenadores, teléfonos bombillas, farolas o demás fuentes de iluminación artificial?
Nuestro cerebro dispone de un reloj biológico que es el responsable de mantener en equilibrio nuestros ritmos vitales, este reloj biológico está programado para funcionar dependiendo de los estímulos que recibe del exterior; La luz es un elemento básico y el auténtico sincronizador de los ciclos de nuestro cuerpo.
La exposición a luces o iluminaciones intensas, ya sea natural o de fuentes artificiales y de determinadas tonalidades afectan a nuestro rendimiento y descanso, te queremos explicar brevemente los efectos de la luz en el organismo, muy necesarios a la hora de afrontar cualquier proyecto de iluminación.
Porque no puede iluminarse igual una estancia en la que se pretende realizar una actividad en la que necesitamos estar activos y concentrados que una sala de descanso en la que lo que se pretende es favorecer la relajación o el sueño, vamos a ver las diferencias,
La incidencia de la luz solar afecta positivamente a nuestra salud, los cambios en las horas en que un individuo disfruta de más luz natural influyen en su salud. En los países con pocas horas de luz la depresión es mayor. Hay personas especialmente sensibles a este fenómeno, es el llamado síndrome estacional, que afecta a un 15% de la población en mayor o menor intensidad.
En países con cambios muy marcados entre los periodos largos y cortos de luz, como ocurre en Finlandia e Islandia, la prevalencia es aún más elevada. El tratamiento más efectivo consiste en una hora y media diaria ante una lámpara especial a unos 40 centímetros. La luz inhibe la producción de la melatonina, la hormona que nos hace dormir, y así alivia el estado letárgico.
De hecho, la luz es un auténtico sincronizador de todos los ciclos que ocurren en nuestro cuerpo.; a través de la retina se envía información al núcleo supraquiasmático del cerebro que se encuentra en el hipotálamo y se desencadena una serie de cambios químicos que afectan sobre todo a la glándula pineal, que hacen que se libere serotonina, conocida como la hormona de la felicidad, mientras que se suprime la producción de melatonina, la hormona que controla la duración y el ritmo del sueño.
La exposición a fuentes de iluminación brillantes favorece la concentración y nos espabila la luz de longitud de onda corta, como es el caso de la azul, se difunde más intensamente en la atmósfera que la luz de otros colores, por lo que son esas tonalidades las más favorables para que nuestros cerebros rindan y estén activos.
La luz nos estimula; en muchas especies animales y plantas está relacionada con un aumento de la vitalidad, necesaria para la reproducción, el acopio de comida,…. y estos estímulos que favorecen la actividad nos alejan del sueño y del descanso afectándolos de manera directa.
La melatonina es la encargada de controlar la duración y los ritmos del sueño o ritmos circadianos, la exposición a luces intensas antes de acostarse inhibe o reduce la secreción de melatonina; La melatonina es una hormona, cuya concentración varía según el ciclo día y noche, de hecho, responde a cambios en la iluminación ambiental.
El nivel en sangre de melatonina es entre 10 y 20 veces superiores durante la noche que durante el día; inician su ascenso al atardecer y logran su punto más alto entre las 00.00 y las 02.00 horas, cuando empieza a disminuir hasta los nivel más bajos hacia las 10-12 horas.
Si lo que queremos es crear atmóferas que favorezcan la relajación y el sueño las luces cálidas en tonalidades amarillas rojas y naranjas y de poca intensidad son perfectas ya que, debido a ley de esparcimiento de Rayleigh, la luz de longitud de onda corta, como es el caso de la azul, se difunde más intensamente en la atmósfera que la luz de otros colores, como el amarillo el rojo o el naranja.
Concluyendo un poquito todo este lío de luces y hormonas tenemos que quedarnos con que las luces fría, azuladas o muy intensas ayudan a estimular por lo que son perfectas para oficinas, salas de estudio, despachos,….mientras que los tonos cálidos favorecen la relajación y el descanso, por lo que son ideales para habitaciones y dormitorios.
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